domingo, 14 de octubre de 2007

RECONCILIANDOME CON LAS PRINCESAS



Como la mayoría de las niñas, yo fui una de esas que era victima de la invasión de las princesas, princesas por aqui, por allá...yo pido ser esta, yo aquella...

A mi me parecían todas un poco aburridas y complicadas, excepto Blanca Nieves, porque además de que me gustaba su galán (que a mi parecer era el más varonil de todos los principes de la epoca), era una princesa diferente a las demás, atrevida y valiente.

Mis intentos por incluirme en el mundo de estas "maravillosas mujeres" acababan en conflicto, ya sea porque no hacía la "caracterización" adecuada,o porque era algo ruda para el papel y acababa tranqueándome a todos los demás personajes incluyendo al principe azul, con el vestido roto, despeinada y con el lip stick de mi Mamá en toda la cara menos en donde tenía que estar, en fin, cuando esto sucedia optaba por darme a la fuga con mi bicicleta a toda velocidad por la colonia Roma, era un juego solitario pero al menos podía ser yo; libre, dispersa, traviesa, ocurrente.

Creo que el momento en donde solo prestaba atención de la vida y obra de las princesas era en la parte de..." Y vivieron felices por siempre"., de verdad me gustaba la idea, pero años después tuve que ir a muchas terapias para poder sacarme esas palabras de la cabeza y darme cuenta que la vida en pareja no es como un cuento de princesas...digamos que las experiencias me han enseñado que es algo un poco más complejo que eso.

Pasarón los días y con ellos los años que se llevaron consigo a estas damicelas para ser tan solo un lejano recuerdo de mi infancia.

Hace cuatro años, con la llegada de uno de los seres que más amo, supe que tarde o temprano el día del re-encuentro con aquellas viejas conocidas iba a tener que ser.

Hoy fué ese día...

En cuanto vi que mi pequeña amiga se acercaba a mi para jugar, me percaté que traía consigo a mis conocidas de antaño y a otras más que no tenía el gusto de conocerlas, pero ella se encargó de presentármelas y ponerme al tanto de su existencia.

Al principio un poco torpe, empecé a darle voz a la muñeca que me tocó darle vida, una tal Bella, traté de ser suave y delicada, como toda una princesa, cuidé el peinado y el vestido.... de repente, llega Cenicienta con su voz ronca, despeinada, queriendo bailar rock and roll, era tan diferente a las demás o por lo menos a las que yo había conocido cuando era niña...wow , me dije, "esa Cenicienta si que me cae bien", era intensa y no le importaba que su peinado acabara hecho un desastre, solo quería divertirse y brincar por los cojines...por supuesto Bella agarró la onda de Cenicienta de manera casí inmediata y empezó a bailar como ella, dejó de hablar con ese tono taaaan trillado de las princesas y dejó de preocuparse por el protocolo de la realeza dando brincos y brincos sin parar.

Este día, mi hermosa pequeñita, me enseñaste que puedo ser Princesa sin dejar de ser yo, sin dejar de alzar la voz, soltarme el pelo y bailar al ritmo que yo quiera.

El día de hoy, me reconcilié con las Princesas.

miércoles, 3 de octubre de 2007

PRESENCIA SILENCIOSA


En los últimos días me he sentido silenciosa, vulnerable, susceptible, son de esos días en los que nada más quisiera estar abrazada de y por el.
Mi creatividad y elocuencia en las palabras se encuentran en días de hibernación, sin embargo, quiero seguir presente...creo que aprendo una nueva manera de vivir mi intensidad, mi vitalidad, en silencio, quizá suena contradictorio lo que estoy escribiendo pero a mi me hace mucho sentido…mucho…me hace sentir bien, me gusta compartirlo con ustedes mis queridos planetas circundantes, así como me sale, sin cuidar las “buenas formas” de la escritura...imperfecta como yo.